Marketing Político: elementos y campañas más exitosas

El marketing político viene a ser una de las alternativas para lograr una mayor compenetración con el público objetivo y alcanzar esos peldaños de poder. Uno de los puntos de mayor importancia a nivel local, e incluso con incidencia mundial, es determinar quiénes serán las personas elegidas para llevar las riendas de un país o Estado.

Porque si los tiempos cambian, asimismo lo harán las estrategias para conseguir mejores resultados. Por ello, puede ser un buen momento para enterarte sobre cómo algunas técnicas usuales de la mercadotecnia pueden implementarse para revolucionar la política actual.

De esta forma revisaremos la definición de marketing político, sus elementos inherentes, las puntuales 4 P´s de este tipo de estrategia y sobre todo, a modo de ejemplo, algunas de las campañas más famosas que marcaron una pauta de cara al futuro.

¿Qué es el marketing político?

El marketing político es un complejo sistema coordinado que incluye, a su vez, técnicas, estrategias procedimientos y prácticas con la única finalidad de provocar afinidades entre las personas (llámese electores en este caso) y un grupo político, que posee a su vez, candidatos para cargos públicos.

De manera que los electores conozcan y se sientan cercanos a los proyectos y motivaciones de estos candidatos; cómo esperan ellos mejorar el mundo y la sociedad en que vivimos al enfocarse en las necesidades reales de las diferentes colectividades que hacen vida en la región. 

En este sentido, el marketing político no se trata en ningún momento de engañar a las personas mostrándoles propuestas falsas, sino más bien, el objetivo es potenciar los discursos del grupo político para que sus propuestas sean escuchadas por un número mayor de electores. Consiguiendo una comunicación más efectiva, que se transmita confianza y seguridad.

Podríamos decir que la mejor manera de implementar el marketing político es de una forma integrada. Por ejemplo, a través de contenidos, del marketing personal y en nuestros días con la inserción en el campo digital, por mencionar algunas estrategias. Todas ellas pueden ser enfocadas en conquistar el mercado electoral.

Elementos de las campañas políticas

En realidad son variados los elementos y en diferentes niveles que acompañan las campañas políticas. Sin embargo, según medium.com hay cuatro puntos que no dejan de ser indispensables en toda campaña que plantee este tipo de acciones. Las mismas las veremos a continuación:

Investigación y análisis del mercado electoral

En toda investigación de este tipo debe considerarse tanto la forma cualitativa como cuantitativa. Por ejemplo, al referirnos al marco de acción cuantitativo, queremos dejar apuntado todo aquello que pueda ser medible, cuantificable y representable a través de estadísticas.

En tanto que la razón de ser cualitativa buscará resolver preguntas de diferente índole (qué, cómo y por qué) sobre los comportamientos del consumidor; las situaciones a los que estos se exponen y las diferentes actitudes que los lleva a tomar las decisiones.

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Toda campaña política debe contar con un eficiente y comprometido plan de acción. Así, el marketing político se vislumbra como una estrategia sólida capaz de reaccionar sobre varios puntos de decidido interés: las personas y sus necesidades; los medios para llegar a ellas y la consolidación del candidato como una marca, buscando elevar así su respeto y reputación.

Además de sacar un máximo provecho de los contenidos, potenciar los atributos personales del candidato, con el marketing político se respalda la imagen real del candidato y se proponen cambios razonables que puedan ser ejecutados para el desarrollo de la región. Todo ello en compenetración con la sociología, psicología y comunicación social.

Orientación y manejo de recursos

Los recursos de los que se disponen en las campañas políticas siempre suelen ser limitados, de este modo, se garantizaría la legitimidad de las elecciones. Ya que cada candidato se encontraría en igualdad de condiciones para afrontar las mismas tareas que involucran: persuadir al elector y conquistar su voto.

Por lo que resulta primordial saber cómo enfocar todos los recursos disponibles para maximizar su valor y llegar por los diferentes medios a los votantes.

El otro nivel de la comunicación: la comunicación política

Es evidente que uno de los focos centrales del marketing político ha de ser la comunicación: estratégica, periódica, política y de amplio alcance por las diferentes vías de contacto con el electorado. 

Una campaña electoral puede garantizar su éxito mediante el uso atinado de estrategias de comunicación política. Llevando a cabo, desde luego, diferentes niveles de segmentación del público objetivo y evaluando los canales idóneos para llegar al mismo.

Las 4 P´s del marketing político

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Foto: Shutterstock.com

Es posible que sepamos que las 4 P’s representan las cuatro variables principales del marketing mix a tener en cuenta para idear y llevar a cabo, más tarde, estrategias de marketing más concretas. Estas 4 P’s son Producto, Plaza, Promoción y Precio. Que, a su vez, responden a ciertas preguntas, como veremos a continuación.

Para empezar, el producto puede responder a la pregunta de “¿qué es lo que espero vender?”.

En este punto, es preciso reseñar que un producto viene a ser un concepto amplio y no sólo se refiere a un objeto físico, sino que abarca servicios, lugares, organizaciones, instituciones o personas ofrecidas en un mercado con la finalidad de satisfacer las necesidades del consumidor. Marca, servicios de empaquetado y de postventa también se relacionan con esta variable.

Al desarrollar esta idea dentro del marketing político observamos cómo, dentro de esta variable, podemos enfocar 3 P´s, que serían el programa (que incluye la ideología y misión del partido político); el partido (la asociación política o conformación de personas que defienden los intereses del grupo) y la persona, que sería, a su vez, el candidato con cualidades de liderazgo. 

La plaza es el lugar donde vendemos el producto. Se refiere a un lugar delimitado geográficamente de manera local, regional, estatal, nacional y en muchas ocasiones internacional.

En cuanto a la plaza, valdría la pena preguntarnos ¿en dónde espero vender? Trasladada esta idea al marketing político tenemos que será el lugar o la delimitación geográfica en que se accionará la estrategia.

Por otro lado, el precio responde a la interrogante ¿cuál será el precio al que debo vender? Viene a ser el valor conseguido producto del intercambio, en términos normales sería el dinero, pero desde el punto de vista del marketing político puede ser más ambiguo.

En este caso sería aquello que paga el elector por conseguir los beneficios que desea, es así que esta variable nos llevaría a la  idea del voto como elemento que porta un valor.

Por último, la promoción vendría a contestar la pregunta ¿cómo se dará a conocer? Que tanto en el marketing mix como desde el punto de vista del marketing político, guardan similar sentido, pues está referido a todos los medios utilizados para dar a conocer las ideas de la tolda política, tanto online como offline. En resumen, la promoción contempla la forma por la que se llegará al público.

Ejemplos de marketing político

Entre algunos ejemplos famosos de marketing político podemos mencionar el caso del senador estadounidense Bernie Sanders. Quien en el año 2016 y para las elecciones primarias del Partido Demócrata contaba con menos del 3% de la intención de voto y a través de estrategias de marketing logró llevar esta cifra hasta 43%, casi consiguiendo la victoria.

¿Qué fue lo que hizo? El primer detalle fue resolver el problema de financiación, factor que su equipo consiguió resolver tras iniciar una campaña de recaudación online, previamente segmentada y dirigida de forma personalizada a los electores miembros del partido político.

Con esta iniciativa se consiguió la cifra, nada despreciable, de 218 millones de dólares. De esta forma, resuelto el factor económico, el enfoque se centró en la popularidad.

Por lo que Sanders invirtió en contenidos, de los cuales destacan más de 550 videos en los que difunde sus propuestas e ideas en general sobre temas del acontecer político en diversas redes sociales. Hecho que contó con el apoyo y simpatía de sus seguidores.

Otro ejemplo lo constituye el vigente presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien en tiempos de campaña política, con un pequeño presupuesto y con el objeto de ampliar la base de datos recurrió Brad Parscale. Este consultor digital y asesor político no tuvo ningún reparo en invertir todo el dinero en publicidad para el Facebook.

Ya desde dicha red social realizó actividades como incluir datos sobre los seguidores de Trump y luego usó audiencias personalizadas para integrar a todas estas personas en sus respectivos perfiles. Asimismo, implementó una de las herramientas en esta plataforma denominada segmentación de la audiencia, para llegar a diferentes públicos, según el tipo de mensaje.

Posteriormente, en el mismo portal, este estratega digital usó la opción de públicos similares, para centrarse en aquellos candidatos a convertirse en potenciales seguidores de Trump, además de que consiguió mejorar todo lo correspondiente al diseño y envío de anuncios con un software especial. El resultado fueron, al menos, 100.000 bloques de contenido, debidamente segmentados.

Campañas políticas de mayor éxito

Dentro de las campañas más exitosas dentro del marketing político señalaremos sólo algunas de las más recordadas.  

Empezaremos con Barack Obama quien, para muchos, es considerado como uno de los grandes precursores del marketing político. Para nadie es un secreto que el contenido audiovisual es uno de los formatos más potentes con los que contamos en nuestro tiempo y los asesores de Obama lo supieron implementar de diferentes modos.

El primero de ellos tuvo que ver con un video musical en blanco y negro titulado “Yes We Can” creado por el rapero Will.i.am en colaboración con otras 30 celebridades, que desde el contexto de marketing fungieron como influencers.  En el video todos pronunciaban palabras del discurso que pronunció Obama en New Hampshire.

También sus asistentes de campaña crearon la página web YouObama, en clara referencia al concurrido sitio de videos YouTube. En su portal audiovisual, Obama compartía videos relacionados con sus acciones políticas, así como daba cuenta de sus puntos de vista en diversas temáticas de interés social.

Además, no fue sólo el contenido audiovisual la única estrategia, también implementó el SMS y el Email de forma segmentada y periódica. Igualmente, contó con una poderosa presencia digital a través de redes sociales como Facebook, LinkedIn, MySpace y su página personal, todo eficazmente articulado.

En otro ejemplo de campañas exitosas tenemos la del primer ministro canadiense Justin Trudeau. Quien, incluso, es catalogado por muchos como un “político viral” como expone el espacio smartup.mx

Este actor político supo aprovechar las redes sociales para mejorar su reputación a través de la digitalidad. Son varios los videos en los que aparece con un perfil más espontáneo, cercano a las personas y lejos de la postura artificiosa empleada por políticos tradicionales. Por ejemplo, se ve en videos bailando, abrazando a osos pandas o llorando al ofrecer disculpas.

Otro caso de éxito es el político independiente mexicano José Pedro Kumamoto, quien, sin el apoyo de los partidos políticos habituales y con recursos bastante reducidos, consiguió erigirse como representante en el Congreso del Estado de Jalisco.

Su estrategia fue clara y precisa: el uso adecuado y constante de las redes sociales. Implementó el uso de Twitter para dar a conocer sus ideas y difundirlas entre sus seguidores; además realizaba transmisiones en vivo vía Periscope (aplicación de la misma plataforma). También usó WhatsApp para movilizar a sus seguidores, además de Telegram y Google Drive para coordinar varios puntos.

Para llevar a cabo un exitoso marketing político conviene apoyarse en diversas estrategias de forma integrada que permitan conectar al público con el candidato mediante diferentes vías y formas.

Tal es el caso de la implementación de valiosos contenidos en el entorno digital, segmentación adecuada del público objetivo y, por supuesto, la fomentación de una sólida imagen personal. Que genere la confianza y la simpatía para movilizar el poder de decisión electoral.

Las campañas de marketing político bien implementadas funcionan y son determinantes, ya que pueden ayudar a profundizar en las necesidades de los electores, para encontrar posibles respuestas que mejoren la calidad de vida de las personas y de la sociedad en específico.

Si necesitas asesoría para trazar una estrategia enfocada en tus objetivos, contáctanos:

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